Leopoldo Lugones

 

 

   A TI, ÚNICA
       (Quinteto de la luna y del mar)

         PIANO

Un poco de cielo y un poco de lago
donde pesca estrellas el grácil bambú,
y al fondo del parque, como íntimo halago,
la noche que mira como miras tú.

Florece en los lirios de tu poesía
la cándida luna que sale del mar,
y en flébil delirio de azul melodía,
te infunde una vaga congoja de amar.

Los dulces suspiros que tu alma perfuman
te dan, como a ella, celeste ascensión.
La noche.... tus ojos.... un poco de Schuman...
y mis manos llenas de tu corazón.

         PRIMER VIOLÍN

Largamente, hasta tu pie
se azula el mar  ya desierto,
y la luna es de oro muerto
en la tarde rosa té.

Al soslayo de la luna
recio el gigante trabaja,
susurrándote en voz baja
los ensueños de la luna.

Y en lenta palpitación,
más grave ya con la sombra,
viene a tenderte de alfombra
su melena de león.

         SEGUNDO VIOLÍN

La luna te desampara
y hunde en el confín remoto
su punto de huevo roto
que vierte en el mar su clara.

Medianoche van a dar,
y al gemido de la ola,
te angustias, trémula y sola,
entre mi alma y el mar.

         CONTRABAJO

Dulce luna del mar que alargas la hora
de los sueños de amor; plácida perla
que el corazón en lágrima atesora
y no quiere llorar por no perderla.

Así el fiel corazón se queda grave,
y por eso el amor, áspero o blando,
trae un deseo de llorar, tan suave,
que sólo amarás bien si amas llorando.

         VIOLONCELO

Divina calma del mar
donde la luna dilata
largo reguero de plata
que induce a peregrinar.

En la pureza infinita
en que se ha abismado el cielo,
un ilusorio pañuelo
tus adioses solicita.

Y ante la excelsa quietud,
cuando en mis brazos te estrecho
es tu alma, sobre mi pecho,
melancólico laúd.

 

 

Leopoldo Lugones, 1917

  DE LA MUSA AL ACADÉMICO

Señor Arcadio, hoy es la fiesta,
Es la fiesta del Carnaval.
Estalla al sol como una orquesta
Toda su cháchara jovial.

Lindos están el mar y el cielo;
Fermentan sátira y tonel;
La mosca azul detiene el vuelo
En tu saliva de hidromiel.

Traza mi castañuela intrusa
Un loco vals sobre el tapiz,
Y mi ligero pie de musa
Un arco bajo tu nariz.

Mi vino es pálido y valiente
Como un héroe, y va también,
El flaco pollo decadente
Frito en mi mágica sartén.

Mi sartén, reina de las ollas,
Porque es la luna —gran perol—
Donde frío como cebollas
Cráneos sabios en luz de sol.

Ven, que en la danza, las parejas
Te darán sitio principal,
Porque tus plácidas orejas
Son la mitra internacional.

 

 

Leopoldo Lugones