LA RANA SOPLA LA TROMPETA



En tiempos muy antiguos había un rey que tenía dos hijos, la Rana y el Lagarto. Un día el rey cayó enfermo con una enfermedad fatal y comprendió que no tenía mucho tiempo para vivir. Así que decidió nombrar a su sucesor. Envió un mensaje a sus hijos que decía: “El primero en llegar a la corte será”. Cuando los hijos oyeron este mensaje, los dos príncipes molieron maíz en seguida para la jornada y partieron cada quien a su manera - la Rana desde el charco en que vivía, el Lagarto desde la piedra en que se calentaba.

El Lagarto fue el primero en empezar, no quiso esperar a la Rana para iniciar el viaje juntos y pensó “Yo soy mejor que la grasienta Rana, ella es terriblemente fea y lo que es peor viaja en su culo”.

La Rana percibió lo que el Lagarto había pensado, y vio que él había empezado antes que ella a viajar. Así que tomó un yatkot que es la rama de un cierto árbol sólo conocido por los hacedores-de-lluvia profesionales, lo golpeó para hacer polvo y lo esparció en el agua.

En seguida las nubes negras aparecieron en el horizonte y cubrieron el sol. Un viento feroz empezó a soplar, agitando fuertemente los árboles. Pronto las primeras gotas de lluvia formaron agujeros en el polvo, entonces, una cascada de agua dio volteretas hacia abajo. La Rana estaba satisfecha y viajó vivamente en este tiempo húmedo y bueno:.saltaba y saltaba y saltaba, saltaba, saltaba.

El Lagarto, para entonces, iba bien adelantado marchando de prisa sin detenerse, de pronto sintió frió, el sol desapareció y las nubes se acumularon en el cielo.

El Lagarto buscó un lugar para protegerse de la lluvia, porque no le gustaba para nada, encontró un agujero en un árbol y se escondió en él. Allí esperó a que la lluvia dejara de caer.

Por fin, la Rana llegó a la corte del rey, y ordeno a sus heraldos que tocaran las trompetas. Los guardias del palacio escucharon el sonido, corrieron a la presencia del rey y anunciaron: “Su Alteza, la Rana ha llegado. Nosotros hemos oído sus trompetas!” El rey pidió que todos sus hombres fueran congregados en el vestíbulo. Cuando la Rana entró, el rey anunció que ella heredaría el reino y todo lo hay en él.

Cuando el sol empezó a brillar de nuevo, el Lagarto salió del árbol y finalmente llegó a la corte. Y llegó justo en el momento que los trompetistas de la Rana anunciaban que ella se volvería la reina.

La Rana dijo al Lagarto: “Usted tiene una piel de un color muy bonito, pero yo he ganado”.

Siempre que las ranas empiecen a graznar, la gente dirá: “Las ranas soplan las trompetas de la dignidad real. Empezará a llover pronto.